Entre sus primeros desembarcos en el continente, la expedición de Cortés encontró a un sacerdote católico quien había sobrevivido un naufragio.  Había vivido entre los mayas por algunos años y había aprendido su idioma.  En otro encuentro con los mayas, Cortés y sus hombres vencieron en una escaramuza a otra tribu local.   En homenaje, el jefe de la tribu le dio a Cortés veinte muchachas, para hacer con ellas lo que quisiera.  Entre esas muchachas era una muchacha que originalmente era mexica. Ella podía hablar maya y náhuatl.  Los españoles lo llamaban Marina.  Con estos dos traductores Cortés tenía su manera en comunicar con los Aztecas, en español con el sacerdote, luego en maya con Marina quien hablaba náhuatl con los Aztecas.  Este sistema resultaría muy útil porque náhuatl era la lengua franca de toda la región.

Un punto que quiero hacer claro en mi narración es que tan duros y decididos eran estos españoles.  Un ejemplo temprano es que una vez, después de desembarcar en una playa en la península de Yucatán, toda la compañía contrajo malaria, incluso Cortés y los oficiales.  Todos tenían fiebres altas.  En vez de decir que sería mejor que todo el mundo descanse, Cortés forzó que todo el mundo siguiera trabajando.  Cortés, con la malaria sí mismo, simplemente seguía con su rutina y sus funciones. En su informe, Cortez hizo una nota al margen que todos había contraído malaria y no fue importante ni serio porque sólo cinco soldados murieron.  ¿Puedes imaginar hoy en día una oficial diciendo que algo no era malo porque sólo cinco personas murieron?  Claro que no porque es inimaginable.  No es la primera evidencia de su determinación y de su crueldad, pero después, no quedó ninguna duda.

Los españoles viajaron por la costa en una dirección norte.  La primera tribu que encontraron eran los Totonacas.  Con ellos hablaban mucho.  Está aquí que Cortez aprendió mucho de las mexicas y de su rey, Moctezuma.  Aprendió que había mucho resentimiento de los mexicas de otras tribus por su opresión.  Entre más aprendió, más tenía que viajar a su gran ciudad al otro lado de las montañas. 

Durante esas primeras semanas Cortés se enfocó sus esfuerzos en hacer buenas relaciones con los indígenas.  Hizo grandes esfuerzos para impresionarlos de su poder y sus habilidades de la guerra.  Les dijo que los españoles tenían enfermedades del corazón y que la única cura era oro.  En respuesta los indígenas le dieron muchas cosas de oro, aun polvo de oro.  Claro los indígenas querían aplacar a los españoles, pero entre más oro recibieron, más se volvieron alentados.  Claro, Cortés nunca perdió una oportunidad predicar sobre la importancia y poder de su Dios y su rey, Carlos V.  Casi inmediatamente después de conocerlos, les dijo a los indígenas que tenían que adorar el Dios cristiano y ser sujetos del rey de España. Era un tema constante e interminable.

Cortés impresionó a las tribus regionales, pero se estaba concentrando en los mexicas.  En estas primeras semanas Moctezuma empezó a enviar emisarios a Cortés.  Estos emisarios les ofrecían muchos regalos de comida, oro y otros tesoros a los españoles.   Claro Cortés no vaciló a emplear engaño para mejorar su relación con ellos.  Una vez le pidió al jefe de una tribu regional que detuviera a los representantes de Moctezuma.  Claro el jefe tenía miedo de hacerlo, pero Cortés lo convenció.  Luego en la noche, Cortés hizo que algunos de sus soldados liberar a los emisarios.  Cortés les dijo a los emisarios que los liberó porque no estaba de acuerdo con tanto maltratamiento de los representantes del gran Moctezuma.  En un acto de engaño, Cortés mejoró su relación con los mexicas y empeoró las relaciones entre los mexicas y las tribus regionales.  Cortés sabía que necesitaría la ayuda de las tribus regionales contra los mexicas muy temprano en su expedición.

En estas primeras semanas había un poco drama entre los españoles también.  Había dos problemas que Cortés necesitaba resolver.  Primero, necesitaba establecer su derecho legal para explorar y conquistar nuevos territorios porque esto no estaba entre los mandamientos de Velásquez.  Entonces Cortés estableció una nueva colonia, Vera Cruz, e hizo su mismo alcalde de este pueblo.  Con eso asumió los derechos para gobernar la nueva tierra.  Claro, decidió cómo iba a distribuir el oro también.  Omitió completamente a Velásquez de su lista de personas que iban a recibir una porción de su tesoro futuro.  Además, empezó a comunicar directamente a España para recibir el permiso del rey.

El otro problema era que algunos soldados de su ejército querían regresar a Cuba. Algunos estaban planeando su fugo cuando Cortés se enterró de sus ideas.  Casi inmediatamente ejecutó a los dos líderes del complot y aterrizó sus barcos para que nadie pudiera regresar.  La leyenda es que Cortés quemó sus barcos, pero no es correcto.  Hubiera sido más dramático quemar los barcos sin embargo lo que hizo todavía fue evidencia de su compromiso completo.   Destruir su única manera en regresar quería decir que tuvieran que ir a Tenochtitlan o morir en el esfuerzo.  Luego, convocó una reunión con todo su ejército y les pidió para su lealtad y su compromiso seguirlo hasta Tenochtitlan.  Bueno después de ver dos hombres ejecutados, y sabiendo que de todos modos ya no tenían barcos, fue unánime, todos le dieron su lealtad y compromiso.  Cortés tenía esa maña para la elección del momento correcto.

En esa época Moctezuma estaba recibiendo muchas noticias de los españoles.  Había mucha preocupación en Tenochtitlan sobre los españoles.  Había personas que pensaban que eran dioses o al menos sus mensajeros viniendo en realización de sus varias leyendas.   Claro esta reacción era normal para una civilización que veían casi todo en su mundo en términos de sus dioses.  Pero, antes de que los españoles llegaron a Tenochtitlan, los mexicas se dieron cuenta de que los españoles eran hombres, hombres diferentes y poderosos, sí, pero estaba obvio que no eran completamente invencibles.  Además, comían comida normal a diferencia a los dioses que comían cuerpos humanos.  Un factor importante es que Cortés siempre negaba que los españoles eran dioses.  A pesar de sus acciones y egoísmo, tomaba su religión en serio.  Fingir ser un dios hubiera sido un gran pecado.  No, es probable que Cortes realmente creyera que lo que hacia era lo que el Dios quería.  Entre más almas, mejor.

Pero, todavía había mucha confusión en el capital.  Al centro de la confusión estaba Moctezuma.  No sabía lo que debería creer ni hacer.  Había sacerdotes que predecían el fin de su civilización y había guerreros que decían que deberían luchar contra los españoles inmediatamente.  Mucho de la población creía que de ninguna manera no deberían dejar que los castellanos entraran su capital precioso.  Moctezuma estaba congelado, completamente no podía tomar una decisión.  Les dijo a sus emisarios que le convencieran a Cortés que no viniera al capital o que siempre retrasara su llegada.  Cortés siempre ignoró sus pedidos.  Pero cuando Moctezuma vio que Cortés estaba haciendo buenas relaciones con sus enemigos, sólo luego quería que Cortés viniera.  Fue la inhabilidad de Moctezuma tomar control, más que la creencia que los españoles eran dioses, que fue la causa de muchos de los problemas de los mexicas.

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