Decidí a viajar un día temprano por razones de salud de la familia. Cambiar el vuelo costó algo, pero el horario era mejor, así que no me molestó pagar extra. En nuestro avión, tuve el asiento de pasillo. Estaba feliz con esto porque era un vuelo largo – casi cuatro horas. En la fila de asientos frente a mi se sentó una pareja de hombres homosexuales. El tipo en el asiento del medio miraba películas violentas de ciencia ficción. La pasajera a mi lado se sentó en silencio, pero aunque era una mujer pequeña, me golpeó con el codo repetidamente durante todo el vuelo. Había una pareja al otro lado del pasillo que tenía un bebé. El bebé estuvo tranquilo y en paz todo el tiempo.
Al final del vuelo me sentí mal. Tenía dolor de cabeza y nauseas. Me alegré de no tener que volar más lejos. La mujer a mi lado continuaba a un largo vuelo al extranjero.
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