El lunes pasado mi esposa y yo tratamos de cargar su teléfono móvil con un software para su trabajo.  Nos dimos cuenta, sin embargo, que el teléfono era demasiado viejo para este software.  Ella necesitaba uno más moderno.  Como su trabajo empieza en dos semanas, decidimos buscar uno nuevo.  Podemos caminar cinco minutos a una tienda donde se oferten celulares y computadores.

Adentro empezamos a hablar con un vendedor, y no nos dimos cuenta que nuestra vecina estaba al lado suyo.  Estaba de espaldas a nosotros y se inclinaba.  Cuando escuchó la voz de mi esposa, ¡ella saludó a mi esposa y mi esposa estaba sorprendida!  Estábamos de pie juntos de ella.  Mi esposa tuvo vergüenza que no solo no conocido a ella pero también tomó su vendedor de ella.