Entre 1936 y 1975, el franquismo causó un gran cambio en la sociedad española, especialmente en el contexto del papel de la mujer. Después de la guerra civil, el General Franco introdujo dos ideales que, según él, cada mujer debería aspirar a convertirse en. Estos fueron ‘la reina del hogar’ y ‘la perfecta casada’. Esencialmente, el puesto de la mujer estuvo simplemente en la casa pero con responsabilidades también. Estas fueron: primero un sentido del deber a su familia de ser la ama de casa perfecta y segundo el deber al hombre. La esposa perfecta se compuso ‘la sumisión [del hombre], el recato [para evitar la atención sexual de otros hombres] y la carencia de cualquier tipo de autonomía’. Esta manera de pensar parecen ser compartidos por la sociedad entera porque los que no están de acuerdo tenían que quedarse tranquilo debido a la represión de la dictadura. Indiscutiblemente el papel muy inflexible y las represivo dentro ello fueron la presión social la más grave.
La presión de ser la mujer perfecta con todas las expectaciones poco realistas existieron tanto en 1999 como en 2006. Sin embargo, poco a poco, estas presiones se hicieron más implícitos. De hecho, en total el fin del franquismo provocó un cambio en la sociedad. Por ejemplo, la ley de divorcio fue finalmente aprobado en 1981 que dio la derecha de separarse y divorciarse de su parejo a cada mujer. Esto conlleva el sentido de respeto por sí mismo porque las mujeres ya no eran obligado por sus esposos. Igual sucede con los cambios en el código civil. Se modifica para respaldar la imposición de la ley de divorcio en 1981 como una consecuencia directa. Desde 1990, la discriminación por razones de sexo fue prohibido. Estos cambios son solo dos de muchos ejemplos del papel cambiando de la mujer. Por lo tanto, podría decir que después de la muerte de General Franco, las presiones sociales sobre la mujer disminuían de forma progresiva y como resultado las presiones sobre la mujer estaban en el proceso de cambiando.