No importa cuantos gritos que oímos desde el pueblo que está ubicado en el otro lado del lago Rencor. No importa porque todo está casi siempre el mismo. Haber gritos feos de alguien seguido por llantos profundos que continúan por más que una hora. Recogemos setas silvestres en el bosque cerca el pueblo. Cazamos jabalís allí también. El fenómeno es muy raro porque el pueblo ha sido abandonado por no menos de treinta años. Los edificios están derrumbando. Hicimos esto. Al principio lentamente con nuestro odio que onduló suavemente de la costa de nuestro pueblo hacia suyos. Con confianza yo sé haríamos otra vez.