En mi primer año de la universidad conocí mi amigo Justin. Tuvimos una clase juntos; una clase de discusión que duró por todo el año. Yo tenía mis estudios y él tenía una novia – sentía cómoda con él porque no pensaba que fuésemos nada más que amigos. Sin embargo, un día cerca del fin de año quedamos charlando y me di cuenta que su novia le había dejado hace unos meses. Nuestra conversación duró por mucho tiempo, y me preguntó si quería ir a un café donde tenía “Apple cider”. Le dije que sí, y fui a mi cuarto a buscar mi carpeta. Cuando llegué a su coche, él había cambiado y me abrió la puerta. Yo estaba un poco confundida pero no dije nada. Estaba segura que no era una cita - solo éramos amigos! Continuamos al café y cuando llegamos él me compró una bebida. Quedé callada y sorprendida. Estaba equivocada – era una cita! No quería darle esperanza porque no me gustaba más que un amigo. Entonces empecé a preguntar sobre su ex novia y él no paró de hablar de ella. Habló de ella y todas sus novias de juventud. Una hora después sabía toda su historia romántica y tenía dolor de la cabeza. Le di gracias por la bebida y salí corriendo. Sin embargo, no fuimos a ningún lado solos después de aquella noche. Todavía no sé si era una verdadera cita. Si lo fuera, era el peor cita de mi vida.