La Natación
Cuando tenía ocho años mi familia y yo nos mudamos al otro lado de nuestra ciudad en Michigan a una casa que tenía una piscina en el jardín trasero. Esto era muy emocionante para mí y mis hermanos. ¡Nuestra propia piscina! Imagine las horas que íbamos a jugar en ella. Pero había un problema. No sabíamos nadar. Nunca habíamos estado en una piscina.
Recuerdo que después de mudarnos a nuestra casa nueva, a menudo íbamos a la piscina y nadábamos en la parte poca profunda de la piscina. Recuerdo que tenía miedo de caerme en la parte profunda pero igual nos divertíamos. Luego, conseguimos un pequeño bote de plástico. En este bote, podíamos flotar alrededor de la piscina. Bueno, nos divertíamos mucho con este bote.
Cuando le conté esta historia a mi esposa, ella escucho con horror porque mis padres nos permitían jugar en la piscina solo, aun cuando no sabíamos nadar y cuando los adultos no estaban presentes. Si, no era lo ideal, pero, creo que mis padres no pensaban mucho en la seguridad. En aquellos días no había muchos avisos sobre la seguridad de los niños.
Un día, decidí jugar en la piscina solo. Nade un poco y luego comencé a jugar en el bote. No recuerdo que estaba haciendo en el bote pero estaba navegando alrededor de toda la piscina, aun por la parte más profunda. Luego paso. De repente el bote se volteo y me hundí. Aunque paso más de hace cincuenta años, recuerdo claramente mis sensaciones, primero, me di cuenta que era submarino y no podía respirar y, segundo, me llene de terror. No sabía nadar y estaba en el medio de la parte profunda. En seguida, comencé a azotar mis brazos y patear con furor. Con toda mi esfuerza pude llegar al borde de la piscina. Que milagro. Tome un rato para agradecer a Dios porque todavía tenía mi vida. Pero, mi pensamiento siguiente era que había nadado. Había nadado casi dos metros. Rápidamente mis pensamientos fueron desde terror a curiosidad en solo unos minutos. Fui a la parte poca profunda y comencé a practicar nadar. Después de solo unos minutos más, estaba listo a probar mi nueva habilidad en la parte profunda. Nade de un lado a otra muchas veces, aun con una pausa en camino.
Entonces, me auto-ensene a nadar. Recuerdo que estaba orgulloso pero no recuerdo de haber dicho a mis padres. Tal vez, les dije que pude nadar y ellos me dijeron, “muy bien.” Recientemente le pregunte a mi madre si ella recordaba este evento pero ella no tenía ninguna idea de como yo aprendí a nadar.
Algún tiempo después, mi madre me hizo de tomar clases de natación. Claro, no quería ir. ¿Por qué? Primero ya sabía nadar y, segundo, nunca me gustaba cuando alguien me decía que debía hacer. De todos modos, mi madre me dijo que tenía que ir a las clases. Las clases eran cada sábado en el verano. Las clases eran en la escuela secundaria y mi madre tenía que llevarme en carro. Fui a la clase la primera semana y decidí que tenía razón, no me gustaba la clase.
Entonces las semanas siguientes baje del carro, le dije hasta luego a mi madre, fui a la escuela y salí directamente de la escuela para pasar tiempo en el patio de recreo. Incluso aprendí que si llevaba cinco centavos, podía comprar un cono de helado durante el descanso. Perfecto, era el dueño de mi sábado otra vez.
Cada semana, tenía que mojar mi pelo y mi traje de baño antes de la llegada de mi madre. Había un reloj afuera de la escuela así que siempre sabía la hora. Claro, lo tenía todo planeado perfectamente.
Todo fue bien por algunas semanas. Luego, una semana, mi madre y yo estábamos en camino a la escuela y ella me dijo, “Esta semana es tu última clase y tienes una examen. Creo que voy a quedarme en la escuela para mirarte.” Oh no, mas terror para este niño. Claro, me preocupaba que ella descubriera que yo no iba a la clase. También, creí que la maestra no iba a recordarme. Tal vez ella iba a negarme que tomara el examen. Esto no iba ser bueno para mí.
Cuando el carro paro, me fui directamente a la escuela así que pude llegar a la maestra antes de mi madre. Me puse mi traje de baño y fui a la piscina. Recuerdo que la maestra me vio y me dijo, “¿qué haces, quien eres?’ Claro, ella no me recordaba de la primera clase. Le dije, con mucho miedo, que era de otra clase y tenía que tomar el examen en su clase. Ella me dijo, “bueno, vaya con los otros estudiantes.” Ella solo tenía más o menos dieciséis años. Al parecer, a ella no le importaba que hubiera un niño extra.
Bueno hasta entonces todo iba bien. Luego, la hora del examen llego. Al principio, estaba muy nervioso porque, ?Como podía pasar el examen sin haber tomado las clases? Bueno, cuando vi el examen, me di cuenta que podía pasarlo. Solo tenía que nadar de un lado de la piscina al otro, una vez con una tabla y otra sin tabla. Tome mi lugar en la cola, espere mi turno y luego realice el examen completo con éxito. Después del examen la maestra me dijo, “buen trabajo.” Incluso recibí un certificado de finalización.
Nunca supe si mi madre se entero que no fui a las clases. Le he preguntado algunas veces y ella no lo recuerda. No recuerdo la conversación durante el camino a casa. Pero si ella me hubiera dicho que sabía que no fui a las clases, creo que yo lo hubiera recordado. Recuerdo cada vez que tuve problemas con mis padres.