Después de almorzar, dimos un paseo y luego le dije que necesitaba encontrar mi carro.  Aunque me sentía mejor por Marla, todavía la desaparición de mi carro me perseguía.  Regresé a mi departamento y empecé a buscarlo.  No tuve éxito inmediato, entonces empecé a hacer círculos en las calles alrededor de mi departamento.   Busqué cuadra después de cuadra por horas y no pude encontrarlo. Finalmente, dejé la búsqueda por ese día sin éxito.  El día siguiente era Domingo y seguí buscándolo.  Tuve que usar mi bicicleta para hacer mis tareas.  Aquel domingo incluso busqué alrededor el departamento de Marla.  Tal vez todo que pasó después de salir de su departamento era una pesadilla y había caminado a mi departamento.  Pero en ninguna parte podía ser encontrado.

El lunes llegó y tenía que ir a trabajo entonces tuve que alquilar un carro.  Después de alquilar un carro fui a la policía.  Tal vez lo había estacionado mal y la policía lo había remolcado.  Pasé horas con la policía, esperando, hablando y buscándolo en el lugar donde ponen los carros remolcados.   Pero no tenía suerte allí. Le dije al policía que quería informarlos de un carro pedido.  Ellos me preguntaron si había sido robado.  “No se” les dije, ahora solo sé que está perdido.”  “Bueno.” me dijeron,  “no tomamos informes de carros perdidos, solo de los que están robados.”  

Fui al trabajo en mi carro alquilado esa semana y todavía no podía encontrar mi carro.  Después de una semana empecé a pensar que mi carro estaba perdido para siempre.  Empecé a preguntarme si debía llamar mis padres o comprar un carro nuevo.  Era caro alquilar un carro y no quería gastar todo mi dinero en eso.  Una vez me pare a un concesionario de autos pero todavía no estaba listo para comprar un carro nuevo. No estaba listo para darme por vencido.

Entonces otra semana pasó. Ahora eran dos semanas sin mi carro.  Un amigo me invitó a una fiesta.    Estaba a la fiesta,  ahogando mis penas en cerveza cuando un hombre me dijo, “Oye guey,  un carro justo como tuyo ha estado enfrente de mi departamento por un tiempo largo.”  Es interesante porque este tipo no era un amigo, solo un conocido ocasional. Incluso no sabía mi nombre.  Fuimos a la misma universidad de negocios pero solo lo reconocía por su cara.  Pero más o menos un año antes, le vi al lado de la calle, teniendo problemas con su carro.  Me pare para ayudarle y lo llevé en mi carro a la gasolinera.  Mi carro era un amarillo brillante entonces era un poco único (¿Conoces el Opel GT de 1973?).  Sin este evento, el no hubiera podido reconocer mi carro.

En seguida le dije, “¿Dónde vives? Después de obtener  su dirección fui tan rápido como fue posible directamente allí.  Cuando llegué, podía ver que era mi carro.  ¡Gracias a dios!  Finalmente tenía mi carro.   Aunque no tenía mis llaves, me quedé con mi carro por algún rato.  Incluso le di un abrazo grande.  No puedo decirte tan feliz que estaba de ver mi carro.  Es interesante pensar, que hubiera pasado si no hubiera conocido a este tipo en esta fiesta, o si no me hubiera parado para ayudarle.  ¿Mi carro todavía estaría en una calle en Ann Arbor cuarenta años más tarde?

La primera cosa que quería hacer era llamar a Marla.  Recuerdo mi decepción cuando su novio respondió y me dijo que Marla no estaba allí.  Tuve que dejar un recado para ella.  ¡De todos modos estaba feliz porque no había comprado un carro nuevo!

Después de esto, mi vida se volvió a normal.  Marla y yo seguíamos juntándonos como siempre pero me sentía aun más cerca con ella.  Creí que ella se sentía igual.  Pero un día, me dijo que ella y su novio iban a mudarse a California.    Sabía que iba a extrañar mi amiga especial y le dije esto.  Decidimos tomar un último viaje a la costa del lago Michigan pero nunca pasó.  Ambos estábamos demasiado ocupados, y, claro, estaba seguro que su novio no quería que ella durmiera conmigo en su camioneta.

Más tarde ese año choqué mi carro en la parte detrás de un camión.  Cuando manejaba en la autopista del trabajo tarde una noche me dormí y choqué gravemente.  Yo estaba bien pero era el fin de ese carro.

Pensaba algunas veces en Marla y que podía haber pasado entre nosotros.  A veces teníamos momentos íntimos. Marla era una luchadora frustrada y a menudo quería luchar conmigo.  Claro, tuve que permitirla que ganara.  Recuerdo que luchábamos en el pasto una vez por algo tonto y después de fijarla en la tierra, de la nada,  me dijo que si yo la besara, ella iba a golpearme.  Pero le dije que no la escuché ella no iba a gustarle.  De hecho, ella nunca dijo que no iba a gustarle.  Tuve que pensar más tarde si esto era su manera de decir que ella quería que yo la besara. Las muchachas pueden ser muy confusas.

Era triste despedirla.  Pero no mucho después de esto, conocí a mi esposa futura y los pensamientos de Marla aparecían en la distancia rápidamente. Nos enviamos unos correos pero perdimos contacto y no he oído de ella desde hace un tiempo lago.   Si esto pasaría hoy en día, todavía seríamos amigos de facebook.

Pero aprendí mucho de mi experiencia con Marla.  Nunca había hablado tanto con una muchacha antes y aprendí que puede ser una experiencia agradable.  Además aprendí que no quería estar atascado en la zona de amistad otra vez.  Esto me ayudaría con mi relación con mi esposa futura.

Bueno, hemos llegado al fin de otra historia.  Esta historia me interesa por que empecé a escribir una historia sobre un evento de sobredosis pero terminé escribiendo una historia de una muchacha.  Supongo que demuestra que no siempre se que pasa en mi mente y necesito prestar más atención a mis sentimientos.    

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