¿Siempre te preguntas como otras personas te ven y cuál es la impresión que haces? ¿Crees que nos dan la impresión que hacemos o creamos la impresión que hacemos? Son preguntas que a veces me intrigan. Vamos a explorar este tema un poco aquí.
La primera vez que puedo recordar de estar consciente de mis apariencias fue cuando estaba viendo fotos de la boda de mi hermana. Se casó cuando tenía diecisiete años. Si, muy joven, es otra historia. Yo tenía catorce años. Hay una foto de mí y mi familia en la boda. Estamos en una cola enfrente de la camera. Mis hermanos tenían más o menos la misma altura de nuestro papa y mi hermana y nuestra madre tenían solo algunas pulgadas menos. Pero había una persona que tenía lo que parecía como seis pulgadas más de los demás, mi. Me sorprendió mucho que era tan alto. Nunca había pensado que era tan alto.
Con los años, me he dado cuento que es la impresión que mi apariencia da. Creo que tengo un concepto preciso. Otras personas creen que soy inteligente, normalmente más de lo que soy, que tengo dinero, normalmente más de lo que tengo, que soy amable, tranquilo, honesto y básicamente conservador. No en mis perspectivas políticas, pero en mi comportamiento. Nadie nunca me ha referido como un “niño malo.”
Pero no me gusta aceptar esta imagen de mí. Casi siempre reacciono negativamente a estas suposiciones. Mi reacción no tiene que ver con las características que se supone que tengo. La lista es más o menos la verdad. Mi problema es que todo el mundo piensa que me conoce solo de mi apariencia. Me gustaría creer que tengo un poco más de profundidad. Tal vez me engaño, pero si me describiera, haría una lista completamente distinta de esta lista. Pondría cosas como duro, competitivo, atlético, decidido, aventurero, complejo, racional y ganso en la lista.
Voy a explicar lo que quiero decir con algunos ejemplos.
- Una vez hace más o menos 8 años, tuve la obligación de jurado. Los otros miembros del jurado incluyeron por la mayoría algunas mujeres mayores. Hubo tres blancos y los demás eran afroamericanos. El caso fue complejo y duró dos semanas. El caso tenía que ver con mesotelioma. Algunos científicos sabios testificaron. Explicaron muchos puntos complejos sobre las causas de mesotelioma y los tipos diferentes del asbesto. Cuando el jurado se reunió después de oír el argumento de los dos lados, nuestra primera tarea fue elegir un director del jurado. Yo quería que hiciéramos un proceso formal y de hecho no quería ser el director. Pero al principio del proceso una mujer dijo, con confianza, que yo debía ser el director y que no necesitábamos un proceso formal. Tres otras mujeres dijeron que estaban de acuerdo. Aparentemente todo el mundo estaba de acuerdo y me hicieron el director en el primer minuto de nuestra reunión. Claro, me eligieron por mi apariencia. ¿Hubieron hecho la misma elección si yo hubiera parecido diferente? Creo que no.
- Cuando tenia mas o menos 25 años y vivía en Ann Arbor, perdí mi billetera en un cine. Pude reemplazarla fácilmente y seguí con mi vida. Pero algunos meses mas tarde recibí una llamada de un oficial de la embajada de los estados unidos de Mazatlán, México. El oficial me dijo que había una persona, ya detenida por la policía de México, que tenía mi identificación y que decía que era yo. El oficial me dijo que el FBI iba a llamarme para una entrevista. Cuando llegué para la entrevista, solo algunos días más tarde, vi que solo iba a estar un agente y yo en una sala privada. Pensé por un momento que tal vez hubiera sido mejor tener un abogado, pero tomé la chance. En la primera parte de la entrevista el agente quería saber si podía identificar el hombre detenido por los mexicanos. Puso tal vez cien fotos enfrente de mí sobre la mesa. No pude identificar a nadie. El agente quitó algunas fotos de la mesa y me pidió ver otra vez. Todavía no pude identificar a nadie. Esto siguió hasta que solo hubiera una foto sobre la mesa enfrente de mí. No pude identificarlo. Nunca lo había visto en mi vida. Pero el agente empezó a decir, “¿sabes que este hombre es negro?” Al principio no reaccioné a este comentario porque fue un poco ofensivo. Pero otra vez me dijo “¿sabes que este hombre es negro?” No reaccioné y no contesté, pero el agente siguió diciéndolo muchas veces insistentemente. Finalmente hizo la declaración que el hombre en la foto era definitivamente negro. Dijo, fuertemente, “este hombre es negro” y “tú sabes que este tipo es negro”. Siguió diciéndolo por lo que parecía una eternidad. Nunca reaccioné porque no entendí porque él seguía diciendo esto. Fue un poco estresante y surrealista. Lo que hizo que esta situación fuera aún más extraña es que yo no creía que el hombre en la foto fuera negro. Parecía que venia de Egipto. No era definitivamente negro. Claro esta estrategia me molestó mucho pero nunca dije nada. Nunca le contradije. Cuando el agente se dio cuenta que no iba a decir que reconocía a este hombre, se dio por vencido y me dijo que tenía otra cosa de que quería hablar. Salió de la sala y en algunos minutos regresó con algunos folletos. Se sentó y me preguntó si alguna vez yo pensara en una carrera con el FBI. ¡Híjole! ¡Que huevos! Procedió a reclutarme para ser un agente del FBI. Claro yo no quería trabajar con un racista y la entrevista terminó rápidamente. Pero ¿que hizo que este hombre se sintiera cómodo ser racista en mi presencia? Claro no le dije nada que le hubiera dado la impresión que hubiera sido un racista. ¿Que lo hizo pensar que yo sería un buen candidato para ser un agente del FBI? Claro la única respuesta puede ser mi apariencia que soy hombre, que soy blanco.
- Una vez estaba en una clase de yoga con más o menos veinte otros practicantes. Es una clase a la que había ido muchas veces entonces la maestra ya conocía a muchas practicantes incluyendo a mí. Durante la clase la maestra sugirió que bailáramos un poco. Hubo música en la clase y para la posición en que estábamos, fue fácil moverse con la música. Pero casi inmediatamente después de decir que podíamos bailar, dijo enfrente de la clase entera “Si no puedes bailar, no es necesario, Roy, no tienes que bailar.” Claro ella necesitaba hacer claro que hubiera un practicante que no podía bailar: mí. ¿Por qué asumió que yo no podía bailar o que no podía disfrutar de bailar? Supuestamente porque todo el mundo sabe que hombres blancos no pueden bailar.
- Aun mi hermana hace suposiciones sobre mí. Ella fuma marihuana. Yo también. Estoy perfectamente cómodo en la presencia de marihuana. Pero siempre ella quiere esconder su hábito de mí. Por años ella se ha comportado como si su hábito fuera un gran secreto y si lo encontara, habría problemas grandes. Que tal vez llamaría la policía. Bueno, les sorprende a muchas personas que fumo marijuana. ¿Pero mi propia hermana quien he conocido desde que nací? ¡Por favor! Claro, marijuana no cabe bien con mi imagen.
- Otra cosa interesante es que al menos tres veces diferentes personas me han dicho que parezco como un presentador de noticias. Aparentemente este trabajo cabria bien con mi imagen.
Estoy decepcionado con cada uno de estos ejemplos. Si, podría cambiar mi apariencia un poco para hacerme más intrigante. He tratado de cambiar mi estilo de pelo algunas veces, pero siempre regreso al mismo estilo. Es lo que funciona bien para lo que quiere hacer mí pelo. Podría conseguir algunos tatuajes, pero no puedo elegir un tatuaje que sé que me va a gustar para el resto de mi vida. Podría vestirme diferente. Una vez compré un par de botas de vaquero, pero no podía llevarlas sin sentirme tonto. De todos modos, soy alérgico a los caballos. Otra vez compré una chamarra de cuero, pero después de darme cuenta que casi todos los hombres que tienen mas de cincuenta años las llevan, se la di a mi hijo. Claro, cambiar mis apariencias no vale la pena.
No quiero darte una impresión equivocada. No estoy quejándome. Estoy satisfecho con mis apariencias. Si tuviera la oportunidad, no compraría un boleto de lotería para un cuerpo y una cara diferente. Y, se bien que las suposiciones que personas hacen podrían ser mucho peor. Además, no digo que soy la única persona a quien esto le pasa. Pasa a casi todo el mundo hasta cierto punto.
Creo que mi queja viene del hecho que las personas que encuentro más interesantes son las que no pueda conocer bien inmediatamente. Las que siempre me sorprendan son mucho más interesantes. Simplemente no quiero ser la persona que todo el mundo conoce bien simplemente con una mirada.
Bueno, después de escribir esto, ¿qué he aprendido? ¿Cuál es la moraleja de esta diatriba? Creo que significa que, cuando vea a una muchacha con muchos tatuajes y un aro en la nariz, no voy a pensar que ella es salvaje; que cuando vea a un hombre con un cuello abotonado no voy a pensar que es conservador; y cuando vea a un muchacho llevando botas de vaqueros, no voy a pensar que es un vaquero. Va a ser muy difícil no hacer suposiciones, pero, aunque no perezco así, soy exigente.