Parte 1
Un día soleado, anduve por el camino con mi gatita naranja y blanca a mi lado. De repente, un ratón pequeño saltó por los arbustos y quedó en el centro de la carretera.
-Saludos, mi princesa magnífica. ¿Quiere algo? ¿Tal vez, quiere un hechizo con mucha luz y purpurina de oro en todas partes? -dijo el ratoncito.
-¿Princesa? ¿De qué habla? -respondí.
-Jeje, soy su ratón mago. ¿No me recuerda? ¿No recuerda las fiestas con un montón de purpurina dorada y galletas de chocolate? Algo ha pasado con usted. Algo malo. Seguramente, su recuerda.
-Tengo hambre, -comentó la gatita. -Pero, no quiero comer tu mago, si de hecho, el ratoncito es tu mago.
-¡Mi gatita está hablando! -exclamé de sorprendida muy profunda. Sobre el ratoncito, por supuesto, estaba sorprendida también, pero en una manera, era más fácil de hablar con mi gato. Era como mis sueños habituales con las cucarachas cantando en la piscina.
-No soy tu gatita. -La gatita se sentó en el pavimento. -Soy una princesa, también y claro, soy mi mismo princesa. Y tengo hambre. Este ratoncito es tu amigo, o qúe? Después de todo, he estado esperando la cena durante todo el día.
-Pues, me parece que el ratoncito es bastante inteligente, y creo que no es justo de comerlo. -respondí.