Durante este periodo de confinamiento, suelo despertarme a eso de las 5 de la mañana. Los demás duermen todavía. No duermo tan bien como antes. Me despierto cada hora. Después de despertarme, primero me visto. Como casi no salgo, por lo general me pongo prendas confortables como sudaderas y pantalones cortos. Normalmente, pongo lo que boté al suelo el día anterior. No soy una persona muy ordenada. Entonces, bajo las escaleras. A esa hora todavía está oscuro afuera. Tengo la oportunidad de ver el amanecer y los colores que dibujan el horizonte. Atravieso la cocina rumbo al salón donde paso mucho tiempo. No hay ningún ruido en mi apartamento salvo el gorjeo de algunos pájaros matutinos. Me desfilo hacia el sofa donde guardo mi computadora durante la noche. Lo pongo en un rincón entre una almohada y el codo del sofá. Abro mi computadora. A veces miro mi cuenta de correo electrónico, sino me meto en un sitio web de notícias como Washington Post o Le Figaro. Me gusta saber lo que pasa en el mundo pero no tengo suficiente paciencia para leer todo un artículo. Miro los titulares, y echo un vistazo a unos párrafos (normalmente el primero y el ultimo).