Cuando yo era niño de siete años, yo queria construir una casa de una caja. Mis padres había comprado un refrigerador nuevo, y la caja vacia fue el tamaño perfecto. Pero cada buena casa necesita una ventana, no? Yo prestaba a mi madre por unas tijeras. Ella no me daba por causa de tengaba miedo que yo haría herirme. A pesar de ese contratiempo, yo estaba resoluto y continuaba buscando por otra solución. Lo encontraba un destornillador y trataba a crear un hueco en el lado de la caja. Como se puede imaginar, eso no era una buena idea. El destornillador cayó de mi mano y atravesó a mi párpado. Yo gritaba y corria a mi madre. "¡Yo perdí mi ojo!" grité. Ella me calmó, y lo examinó a mi ojo. Suertamente, el punto del destornillador había atravesado y salido el párpado, y nada mas. Yo tení dos cortes distintos. Tuvo que tener cuatro suturas, dos en cada corte. Desde ese dia, mi madre nunca refusó a darme tijeras.