Vivo en Europa y me parece que el continente está destinado a caer en manos del Islam a no ser que se vuelva a Cristo. La fuerza del Islam europeo no radica en su poderío militar, que tal vez sea despreciable, sino en que el Islam es un sistema de pensamiento que posee cohesión interna y que, aunque descanse sobre las premisas erradas, exhibe una estructura lógica impecable. En mi opinión es esta estructura lógica la que a ciertos europeos resulta atractiva, ya que la sociedad europea actual es una sociedad ilógica, una sociedad que se refuta a sí misma. La sociedad europea actual está basada en principios cristianos que ella misma ha rechazado. Por ejemplo, la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la existencia de un sistema legal que se aplique por igual a todos los ciudadanos sin distinciones de ningún tipo, la libertad de culto, y la sacralidad de la vida humana, entre otros principios, no se hubieran desarrollado jamás si careciéramos de la cosmovisión que nos ha proporcionado el cristianismo. Hoy por hoy, la gran mayoría de los europeos rechaza el evangelio y al mismo tiempo se niega a renunciar a todos los beneficios culturales que han sido consecuencia directa de las verdades contenidas en el evangelio. Por tanto, la sociedad europea actual se encuentra en el enredo de deber proteger derechos y principios que están basados en una cosmovisión que ella misma rechaza. Es a esto a lo que me refiero cuando digo que la sociedad europea actual es una sociedad que se refuta a sí misma. Creo que muchos europeos perciben que su sociedad es un castillo de naipes pronto a derrumbarse al primer soplo de viento, y en consecuencia se sienten atraídos por la lógica interna del Islam, que si bien está basado en principios aborrecibles y patentemente falsos, es al menos un sistema de pensamiento que no se refuta a sí mismo.