Bueno, llegamos al parque nacional después de un ascenso largo. Así que, no tuvimos que caminar mucho para llegar a la cumbre. Cuando llegamos, pudimos ver todo. El cielo era casi claro, y el volcán era visible por completo. A pesar de que el camino antes del volcán hacía frío (vimos nuestra respiración), cerca del volcán sentíamos el aire húmedo y templado que vino de la superficie del lago.

Fumaroles pequeñas vinieron del cráter. ¡Y qué grande el cráter! Su diámetro es 1.32 kilómetros, es uno de los más grandes en el mundo. Todavía es un volcán activo – a veces hay que cerrar el parque debido a erupciones freáticas y emisiones de gases.

Después de menos de veinte minutos, el volcán desapareció. No pude creerlo, un momento no había nubes, y después  había tantas que no pudimos ver nada. Sentía como estábamos en un avión con nubes por todos lados.

Para bajar, encontramos un sendero verde más largo que el principal, pero también con más árboles y flores. El paseo principal es muy accesible – vi a una mujer en una silla de ruedas, pero este otro tenía raíces por todos lados.

Después de salir de Parque Nacional Volcán Poas, fuimos a otro parque para hacer un picnic.  Hubo unos perros callejeros en este parque – una vino para ver si tuvimos comida para ella. No le di nada, pero la acaricié. Era muy confiada y amigable. Gaby y Albaro trajeron pan, queso, frutas, y jugo :) Nos sentamos en una mesa cerca de una laguna, y gozamos del tiempo perfecto. Tengo mucha suerte para tener amigos tan simpáticos.

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